La temperatura es seguramente el factor más importante. La mayoría de expertos están de acuerdo en que la temperatura adecuada para consumir jamón ibérico debe ser de entre 21 y 23 ˚C, ya que de esta forma la grasa intramuscular adquiere la textura, el color y la jugosidad ideales para su consumo.
Para que la experiencia de consumir jamón ibérico sea lo más provechosa posible es muy importante que se corten lonchas y lascas muy finas, que se derritan en la boca. Solo así se podrá disfrutar de todos sus matices gustativos.
También es muy importante tener en cuenta el maridaje del jamón ibérico. Los especialistas en este arte, recomiendan consumirlo con vinos generosos como el fino o manzanilla, aunque en la actualidad también se ha puesto de moda, por el potenciamiento mutuo entre uno y otro, su combinación con cava o champán. Los vinos reserva de calidad también son muy apropiados, así como los vinos jóvenes con poco cuerpo y algunos blancos secos.
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La temperatura es seguramente el factor más importante. La mayoría de expertos están de acuerdo en que la temperatura adecuada para consumir jamón ibérico debe ser de entre 21 y 23 ˚C, ya que de esta forma la grasa intramuscular adquiere la textura, el color y la jugosidad ideales para su consumo.
Para que la experiencia de consumir jamón ibérico sea lo más provechosa posible es muy importante que se corten lonchas y lascas muy finas, que se derritan en la boca. Solo así se podrá disfrutar de todos sus matices gustativos.
También es muy importante tener en cuenta el maridaje del jamón ibérico. Los especialistas en este arte, recomiendan consumirlo con vinos generosos como el fino o manzanilla, aunque en la actualidad también se ha puesto de moda, por el potenciamiento mutuo entre uno y otro, su combinación con cava o champán. Los vinos reserva de calidad también son muy apropiados, así como los vinos jóvenes con poco cuerpo y algunos blancos secos.